«Te estás convirtiendo en un vegetal»
Dos semanas de vacaciones han hecho mella en mi rutina de ejercicios. Cero estiramientos, caminatas largas o abdominales.
Y cuanto menos hago, menos ganas tengo de hacer. Simplemente sacar la colchoneta de gimnasia parece un ejercicio excesivo. Pero hoy lo hago de todos modos. La colchoneta está en el suelo, paso uno.
El paso dos es aún más difícil. Mi rutina normal de ejercicios parece durar una eternidad, mis músculos se sienten como gelatina, me tambaleo y sudo. Ya no soy un vegetal fresco, sino uno marchito.
Y ahora, en vez de tener ganas de hacerlo todo de nuevo mañana, ¡me duele todo el cuerpo!
Por desgracia, lo mismo ocurre con tu sentido del humor. Si dejas de usarlo, empiezas a sentirte sin gracia. Te sentirás menos inclinado a hacer una broma. Encontrar la comedia parecerá un esfuerzo. Tu primer intento de recuperación será, en el mejor de los casos, flojo. Te dolerá lo oxidado que estás, y tu entusiasmo para seguir decaerá.
La vida puede desviarnos hacia la seriedad, incluso cuando sabemos el bien que nos hace la risa y bromear con los demás. La buena noticia es que tu músculo del humor responderá rápidamente cuando se le estimule y ciertamente es mucho más fácil hacerlo en buena compañía.
¡No te lo pienses y disfruta de tu sentido del humor hoy!
